martes, 24 de febrero de 2015

         Hemos notado lo triste y deprimente que suele ser entrar  a una salita de emergencias barrial, e incluso a algunos policlínicos y hospitales públicos, como si la angustia de la situación  no fuera suficiente tanto para el niño como para sus padres, le sumamos la entrada a un lugar frio y sombrío, sin vida, dándonos una profunda sensación de inseguridad, tristeza y hasta desesperanza; y por mucho que el personal a cargo desee cambiar la situación, muchas veces deben enfocarse en el verdadero problema, debiendo dejar de lado las “sensaciones”  y limitarse a la atención de la salud. Pero aun así estamos  convencidos que a ellos también les afecta la carencia de luz, de colores y de mimos en el ambiente donde desempeñan su tarea. y asi nace este proyecto que hemos llamodo: MIMOS DE COLORES