Hemos notado
lo triste y deprimente que suele ser entrar
a una salita de emergencias barrial, e incluso a algunos policlínicos y
hospitales públicos, como si la angustia de la situación no fuera suficiente tanto para el niño como
para sus padres, le sumamos la entrada a un lugar frio y sombrío, sin vida,
dándonos una profunda sensación de inseguridad, tristeza y hasta desesperanza;
y por mucho que el personal a cargo desee cambiar la situación, muchas veces
deben enfocarse en el verdadero problema, debiendo dejar de lado las
“sensaciones” y limitarse a la atención
de la salud. Pero aun así estamos convencidos que a ellos también les afecta la
carencia de luz, de colores y de mimos en el ambiente donde desempeñan su
tarea. y asi nace este proyecto que hemos llamodo: MIMOS DE COLORES